Por William González Badillo
Twitter: @wigoSports
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Junior perdió la vergüenza, ya no pelea ni por la dignidad. Ayer el Deportivo Cali fue su nuevo verdugo al vencerlo 1-0 en el estadio Olímpico de Palma Seca, en partido correspondiente a la fecha 17 de la Liga Postobón.
Fue un partido triste, aburrido, sin emociones, un homenaje al bostezo. El equipo rojiblanco viajó a territorio vallecaucano solamente a cumplir con el calendario y eso demostró durante los 90 minutos.
Un onceno sin claridad, sin identidad, sin fuerza mental. Nunca creo opciones claras de gol, jamás generó resistencia al equipo local, que con muy poco fútbol, logró obtener tres puntos que lo mantienen aferrado al sueño de la clasificación.
Deportivo Cali siempre tuvo la iniciativa. Liderado por Jonathan Álvarez comenzó a inquietar, desde el pitazo inicial, el pórtico tiburón defendido por el arquero Carlos Rodríguez.
El anhelado premio llegó al minuto 35 del primer tiempo, después de una excelente jugada colectiva. Centro desde sector izquierdo de Andrés Manga Escobar, que conecta con pierna derecha el delantero César Amaya para abrir el marcador. Fin de la historia.
Junior no tuvo fuerzas para buscar el tanto de la igualdad y con esa pobre imagen se cerró el primer tiempo.
La etapa complementaria fue una copia del primer tiempo. Los actores fueron los mismos y nunca brindaron nada diferente.
El equipo local decidió cuidar el resultado con la pelota en los pies y así evitar una arremetida rojiblanca, la cual nunca se insinuó, no había motivación.
Con el pasar de los minutos el técnico de Junior, Óscar Héctor Quintabani, decidió darle más movilidad a su ataque y le dio entrada a Vladimir Hernández y Alfredo Padilla, pero su idea fracasó. Al no tener nunca la pelota, estos jugadores deambularon en la cancha sin destino alguno.
Para colmo de males el conjunto barranquillero se quedó con 10 hombres después de una entrada descalificadora e irresponsable de Luis Carlos Ruiz a Gonzalo Martínez.
Cali, con un equipo lleno de jugadores jóvenes, siguió insistiendo, pero el arquero Carlos Rodríguez ahogó en más de una oportunidad el grito de gol azucarero.
La única opción clara de Junior la tuvo Carlos Bacca en un mano a mano con el arquero rival, pero la desperdició.
A 11 minutos del final, los locales se quedaron con 10 hombres después de la expulsión del defensor Carlos Valencia.
Con este triunfo el Deportivo Cali suma 24 puntos — quedó a uno del octavo de lugar— y tiene aún opciones matemáticas de clasificar a las finales de la Liga Postobón. Cerrarán en la última fecha, de la fase todos contra todos, ante el Atlético Huila, en Neiva.
Por su parte, Junior y su afición ruegan porque este martirio termine lo más pronto posible. Cada encuentro que pasa y cada actuación rojiblanca es una puñalada a la dignidad.
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