Valdés: El Manchester no le creó excesivos problemas, pero se mostró atento en cada balón, especialmente en un par de providenciales salidas de puños. Sin culpa en el gol de Rooney, su tercera Liga de Campeones lo consagra entre los grandes metas de la historia.
Alves: Rooney se dejó caer por su banda y estuvo más pendiente de no perder la posición que de atacar. El Barça echó de menos sus internadas por banda derecha. Tras el descanso, protagonizó un para de ellas y generó mucho peligro en la zaga rival. Vio la amarilla en el minuto 60 por una entrada a Evra.
Mascherano: Se fajó con Rooney, se multiplicó en las coberturas y aún tuvo tiempo a ayudar en el centro del campo y de prodigarse en ataque en un par de ocasiones. Actúa con una entrega y un rigor casi espartanos. El 'Jefecito' ha nacido para partidos como el de hoy.
Piqué: Sin Puyol en el once, se erigió una vez más en el jefe de la defensa. Chicharito y Rooney le intentaron complicar la vida, pero él prácticamente ni se inmutó. Sobrio en el corte, clarividente en la salida del balón, Gerard es sin duda uno de los mejores centrales del mundo.
Abidal: Nadie diría que hace dos meses fue intervenido de un tumor en el hígado. Tremendo despliegue físico del lateral francés, que anuló por completo a Valencia y Park, cada vez que cayeron por su banda, e incluso se prodigó en ataque en plena exhibición del fútbol azulgrana.
Sergio Busquets: Sufrió los primeros minutos por la presión del Manchester. Luego se fue entonando, como el resto del equipo, hasta alcanzar su mejor nivel. Nadie lee los partidos como el de Badía. Juega siempre con la frialdad de un veterano. Si hay que tocar, nadie toca más rápido que él, y si hay que 'rascar', Busi es el primero en fajarse.
Xavi: El Barça fue el amo y señor del partido y, por extensión, Xavi lo fue del balón. El choque se jugó, como siempre, al ritmo que él quiso. Celestial en la asistencia del 1-0 a Pedro, imperial en cada circulación. Solo le faltó el premio del gol parar firmar uno de sus mejores partidos como azulgrana.
Iniesta: Nadie hace más fácil lo más difícil. Su aparición entre líneas es esencial para el juego azulgrana. Intermitente en la primera mitad, tras el 2-1 se asoció con Messi en la media punta y el Manchester ya ni la olió. Además, puso a prueba a Van der Sar en un par de ocasiones.
Pedro: Incansable durante todo el partido, lleva además el gol en la sangre. Tuvo la primera del Barça y fue el encargado de abrir la lata a los 27 minutos. Después se vació, como siempre, hasta decir basta.
Messi: Nadie genera tanto pánico en las defensas rivales. Cada vez que agarró el balón sembró el caos. Marcó el 2-1 en una jugada estratosférica y pudo hacer un par más. Hoy en Wembley, el escenario futbolístico por excelencia, presentó su candidatura a 'mejor jugador de la historia'.
Villa: Suyas fueron las mejores ocasiones de la primera mitad. En la segunda, andaba desaparecido hasta que cogió un balón en la frontal y se la clavó por la escuadra a Van der Sar. El 3-1 del 'Guaje' finiquitó el partido y lo consagra también como goleador en una final de 'Champions', el único gran título que le faltaba al punta asturiano.
Keita: Sustituyó a Villa en el minuto 86 para que éste se llevara el aplauso de la afición culé. Sin tiempo de aparecer.
Puyol: Sustituyó a Alves en el minuto 88. Un regalo de Guardiola para el capitán, que ha pasado un año complicado por culpa de las lesiones.
Afellay: Sustituyó a Pedro en el min.91 y aún tuvo tiempo de probar el disparo en el único balón que tocó.
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