martes, 16 de noviembre de 2010

Junior, el nuevo desafío de Óscar Héctor Quintabani


Por William González Badillo
Óscar Héctor Quintabani llegó hoy a Barranquilla para afrontar un nuevo reto en su carrera deportiva. El técnico colombo-argentino, amante de la presión, arriba a una plaza exigente, que siempre pide resultados a corto plazo, más sabiendo que acaba de terminar la peor campaña de su historia y el próximo año afrontará la Copa Libertadores después de seis temporadas.
Su llegada genera bastante expectativa, pues se sabe que es un técnico trabajador, motivador y perfecto conocedor del fútbol colombiano.
Su hoja de vida es admirable, tiene muchos aciertos y un solo tachón, su reciente paso por Millonarios.
Se dio a conocer en el Deportivo Pereira, donde dio sus primeros pasos en la dirección técnica. Pasó al Deportes Quindío (1997) al cual clasificó a la desaparecida Copa Conmebol. De ahí saltó al Cortuluá, equipo que dirigió durante cuatro años (1998-2002) y lo llevó a sitios de privilegio en el fútbol nacional. El Deportivo Cali puso sus ojos en él para liderar un nuevo proyecto, el cual culminó con la clasificación verdiblanca a la Copa Libertadores de América de 2003.
A partir de 2006 el fútbol comenzó a recompensarlo. Salió campeón, fuera de todo pronóstico, con el Deportivo Pasto, equipo humilde que sorprendió a todo un país. Al año siguiente (2007) sacó al Atlético Nacional campeón en los dos torneos del año. Algo histórico que ningún equipo y técnico ha logrado desde que se iniciaron los torneos cortos.
Pasó sin pena ni gloria por Millonarios (2008), el único lunar en su carrera deportiva.  Salvó al Deportivo Pereira del descenso (2009), pero renunció por falta de garantías para el nuevo proyecto. Ahora llega al Junior, un equipo que siempre intentó apostar por él, pero que solo hasta ahora pudo lograr su vinculación.
En fin, Quintabani tiene su historia, la cual ha enriquecido con cada paso que ha dado por los diferentes equipos del fútbol colombiano. Sus equipos se destacan por su orden táctico en ambas áreas, defensiva y ofensiva.
Su primer reto será escoger una buena nómina para afrontar la Copa Libertadores. Desde su llegada tendrá que definir que jugadores continúan en la institución y definir los refuerzos que traerá el equipo para la próxima temporada.
En sus manos tendrá una decisión difícil de tomar: la continuidad de Giovanni Hernández, el gran referente del equipo rojiblanco en los últimos tres años.
Sin duda alguna, de los técnicos que hay en el fútbol colombiano, era la mejor carta para escoger. Esperemos que esté a la altura de la responsabilidad. Por lo pronto su hoja de vida nos tranquiliza y nos ilusiona con un equipo combativo, ganador y que practique buen fútbol.
A rey muerto, rey puesto. Diego Umaña llegó, salió campeón, fracasó en el segundo semestre del año y se despidió. Buen viento y buena mar profe. Ahora le toca a Quintabani escribir su propia historia en Junior, ojalá cubierta de buen fútbol y muchas alegrías.

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