miércoles, 10 de noviembre de 2010

Carta de despedida de Diego Umaña



Por Diego Édison Umaña

Barranquilla / 11-11-2010

No es una renuncia, créanme, es simplemente la expresión verbal de un sentimiento que me embarga.

Debo relajarme y aceptar lo que venga. Hice todo lo posible. Actué responsablemente, di los pasos pertinentes y tomé las mejores decisiones que estaban en mi mano. Ahora dejo que el poder superior se ocupe de conducirme adonde estoy destinado a llegar. Dejo que la vida me lleve al camino de mi destino.

Como siempre, lo reconozco, me muevo a través del sentimiento. Y no estoy bien. Quería quedarme y jugar la Copa Libertadores. Creo que había hecho méritos para volver a encontrarme cara a cara con ella y contar con un buen equipo. Junior reforzado, seguro que me lo brindaría. Gracias a los hinchas por quererme y apoyarme, nunca lo olvidaré, créanlo, siempre los llevaré en mi corazón. Gracias a Barranquilla y a la Costa Caribe en general por el cariño.

Vine a salir campeón y lo logramos. Sin ustedes, hinchas del Junior, habría sido imposible. Después de 12 largos torneos, seis años, conquistamos la sexta estrella. Espero dejen mi foto en el vestuario por siempre. Era un sueño convertido en desafío y lo merezco.

A la familia Char, un abrazo sincero, de gratitud por haber creído en mi trabajo. Creo que no los defraudé nunca ni como persona ni como profesional. Siempre actué con sentido de pertenencia por esta región y por la institución. No olviden las ideas y recomendaciones hechas con respeto y buena intención. Sé que dejo amigos para siempre entre ellos y la distancia ni el tiempo borrarán esa relación de respeto que nació acá en estos diez meses. Espero que algún otro día me inviten de nuevo a participar en vuestro proyecto deportivo.

A los periodistas, gracias enormes por el reconocimiento a mi trabajo. Sé que acá no es fácil, pero cumplí mi sueño de salir campeón. El nacimiento de una hija en Barranquilla no me lo esperaba y eso me deja atado de por vida a esta ciudad. Título y una hija barranquillera, eche no joda, qué vaina, qué alegría. Todo en seis meses, increíble.

El mañana no ocurrirá si no cambiamos el hoy. Todo lo que llevamos a cuestas en la vida son vísperas y todas esas vísperas son las que influyen en el mañana.

Hay que hacer el trabajo todos los días con las manos, la cabeza, el sentimiento... Con todo. Hay que cambiar. Algún día debe ser, pero hay que cambiar.

¡Adelante, Junior! Atrás tienes un gran pueblo que te ama con pasión... Y eso implica sudor, sangre y lágrimas.

1 comentario:

  1. Por lo menos la niña no necesitara visa para visitar la ciudad

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