viernes, 20 de septiembre de 2013

Un Barça en el diván




BARCELONA. Nunca antes tantos jugadores habían analizado a su equipo día tras día, partido a partido. Poco importa que se golee al Ajax, que se lidere la Liga o se haya ganado ya el primer título en juego. Vive el Barcelona estos días instalado en el diván, psicoanalizándose hasta el detalle, tratando de entender qué le ocurre, hacia dónde va, quién es y qué quiere ser.


Es el Barça, más que un club, esquizofrénico por naturaleza. El de la bipolaridad institucional, el único que tras ganar una Liga con el récord de puntos y caer en semifinales de Liga de Campeones puede llegar a pensar en la palabra fracaso. Superdotado sobre el césped y neurótico fuera de él. Todo un caso digno de estudio.

Capaz de partirse por la mitad entre ‘kubalistas’ y ‘suaristas’ en lugar de disfrutar de dos genios de la época. De amar y odiar a partes iguales a quien lo cambió todo, Johan Cruyff, o de “vaciar” al mejor técnico de su historia, Pep Guardiola. Ni siquiera Messi provoca un consenso total en las encuestas del club, si se hace caso de las palabras del actual presidente, Sandro Rosell.

Así las cosas, solo un factor ha provocado una estabilidad general en el club en los últimos tiempos, un pacto implícito que nadie había discutido. El estilo. El que se sembró definitivamente en los noventa con el ‘Dream Team’ y el que creció desde entonces para guiar al club a la mayor cota de éxitos que haya conocido.

Un estilo innegociable, intocable, indiscutible. Que une a todos, desde los niños de La Masia a las estrellas del primer equipo. El estilo que engulló a Ibrahimovic y otros tantos astros caídos, pero que catapultó a los Ronaldinho, Messi, Xavi o Iniesta. Un estilo que ha maravillado al mundo, la prosa con el balón hecha poesía.

Pero el pasado curso dejó un poso amargo. Una sensación, que ya habitaba desde hacía tiempo en las entrañas azulgranas, de que el mimo del balón ya no bastaba, que los jugadores se habían acomodado —comprensiblemente— en el colchón del éxito continuado y que los rivales habían descubierto la fórmula de la Coca-Cola azulgrana.

La llegada de ‘Tata’ Martino al banquillo parecía el acicate para reformular al equipo, de aportar las variantes para dejar de ser previsibles. De ser diferentes siendo los mismos, de volver a correr y presionar, de recuperar el hambre extraviada en el camino.

Pero el Barça se mira en el espejo y en cada partido se ve distinto, sin saber qué traje le sienta mejor. Festivo ante el Levante, peleón ante el Atlético, burocrático ante el Ajax. Capaz de mostrar dos caras totalmente opuestas en los partidos ante Valencia y Sevilla, de adelantarse por varios goles y acabar sufriendo.

Intenta el equipo ser más directo, sin saber exactamente cuándo ni cómo. Su juego es ahora más largo que horizontal, con menos relato, más acelerado, lo que irremediablemente propulsa el brillo del trío Messi-Cesc-Neymar, en detrimento de unos discretos Xavi e Iniesta, y el sufrimiento de los Busquets, Piqué y Mascherano.

Se avanza a fogonazos y destellos, en lugar de un fulgor continuo. El Camp Nou se ha convertido en una ‘Jam sesión’ de jazz improvisado, donde a veces todo cuaja de forma perfecta y en otras uno no acaba de comprender qué está ocurriendo en el escenario.

Técnico y jugadores repiten, insisten y recalcan, día a día, que el objetivo no es cambiar la filosofía de juego, solo darle otras vertientes. Pero el mismo equipo que hace bien poco presumía ante el mundo de su inigualable juego colectivo, ahora intenta convencerse a sí mismo de que existe vida más allá del dogma del ‘rondo’. EFE

jueves, 16 de agosto de 2012

“Me quedé con las ganas de seguir en Junior”: Walter Ribonetto



Por William González Badillo
Twitter: @wigoSports

La historia de Junior está llena de muchos recuerdos imborrables. Quizás uno de los más célebres fue aquel gol del defensor argentino Walter Ribonetto, ante Atlético Nacional, que sirvió para que el equipo rojiblanco alcanzara su quinta estrella en el año 2004.

No fue un título cualquiera, teniendo en cuenta el rival y todo lo que rodeó aquel partido. Después de haber ganado 3-0 en Barranquilla y de tener el campeonato prácticamente en el bolsillo, Junior perdía, a falta de dos minutos para el final, 5-1 en Medellín y veía resignada todas sus posibilidades de alcanzar la estrella. Fue ahí cuando apareció el héroe argentino. Ribonetto aprovechó un rebote dejado por el arquero Milton Patiño, tras un cabezazo de Cristian Racero, y solo tuvo que empujar la pelota al fondo de la red. Con ese tanto se empató la serie y los penaltis favorecieron a los tiburones, que enmudecieron un estadio que ya celebraba el título por adelantado.

Ribonetto, quien no había tenido la oportunidad de regresar a La Arenosa, estuvo ayer en la ciudad dictando una charla a varios entrenadores barranquilleros en el Colegio Americano. Hoy es entrenador de la octava división de Lanús y se prepara para incursionar, en un futuro no muy lejano, como técnico de primera división.

En diálogo con EL HERALDO, Ribonetto, que llegó a afirmar en su momento que “Dios era juniorista”, recordó su paso por la institución rojiblanca, en especial, aquel título logrado en Medellín.

Me imagino la cantidad de recuerdos gratos que tiene de Barranquilla, especialmente ese título que ganó con Junior…

Uno siempre guarda los mejores recuerdos de Barranquilla. Continuamente me pasa por la cabeza esa imagen de lo que fue el título de 2004, la gente lo disfrutó mucho, por como se dieron las cosas. Estoy muy contento por haber quedado en la historia de Junior.

Usted fue un jugador, que a pesar de no haber estado mucho tiempo en Barranquilla, quedó en la historia de Junior…

Sí, eso es muy lindo, saber que la gente te recuerda con mucho cariño. La verdad, en aquel momento, yo tenía pensado volver, pero no dependía de mí, sino de Lanús, el dueño de mi pase. Ellos vendieron un central a México y me dijeron que iban a contar conmigo, que tenía que quedarme. Me quedé con la ganas de seguir en el Junior de Barranquilla.

¿Qué recuerdo tiene de aquel partido ante Nacional en el estadio Atanasio Girardot de Medellín?

Fue una serie inolvidable. Nosotros ganamos 3-0 en Barranquilla, parecía que el título ya lo teníamos asegurado, pero ellos allá armaron todo tipo de estrategias, se aprovecharon de nuestra confianza y voltearon el marcador. Cuando el partido iba 5-1 parecía que estaba todo perdido. En ese momento le pregunto al Zurdo López cuántos minutos faltaban y él me dice que cinco, y qué va, faltaban solo dos minutos. Me fui para arriba, me quedó una pelota que cabeceó Racero y yo solo tuve que embocarla. Fue un momento único, ya la afición de Nacional estaba celebrando el título y nosotros enmudecimos el estadio.

¿En qué momento ustedes, después de un 5-1 en contra, reaccionan y ven la posibilidad de buscar el gol que empatara la serie?

Recuerdo que cuando ellos anotan el quinto gol ahí bajan la guardia y ya se sentían campeones. Entonces empezaron a sacar jugadores importantes para que la gente los aplaudiera, era el caso de Héctor Hurtado y Hugo Morales. Fue ahí cuando nosotros vimos que estaban confiados, nos creían muertos y decidimos dar el último esfuerzo para buscar ese gol que empatara la serie. Gracias a Dios se consiguió.

¿Cuando ustedes empatan la serie sintieron que el título no se les escapaba?

Sabíamos que a esa instancia tan crucial, como eran los penales, nosotros llegábamos mejor anímicamente. Y mira que eso se vio reflejado en cada cobro, todos los pateamos bien, con mucha seguridad.

Después de ese partido usted dijo una frase que quedó grabada en la historia: “Dios es juniorista”. Esto, quizás, tratando de explicar por todo lo que tuvo que pasar Junior para conseguir aquel título

Cuando uno hace las cosas bien el de arriba se acuerda. Ese día estuvo del lado nuestro y la gente lo disfrutó mucho.

¿Qué hicieron con aquella camiseta amarilla con la que jugó Junior ese día?

La mía yo no sé dónde está. Era una camisa muy rara, recuerdo que era la de entrenamiento. Como nosotros de local nos pusimos la rojiblanca y ellos utilizaron la alternativa, y les habíamos ganado 3-0, allá no dejaron que nosotros jugáramos con la rojiblanca. Todo hacía parte de la estrategia.

¿Era cierto que iban a jugar con una camiseta del Independiente Medellín?

A nosotros nos dieron varias posibilidades y esa era una de ellas. Hasta pensamos en ir a las afueras del estadio y comprar otro uniforme, pero finalmente salimos con la camiseta de entrenamiento que utilizamos el día anterior en Medellín. Por cierto, tuvimos que bañarla de perfume porque ni lavada estaba (Risas).

En un futuro, no muy lejano, ¿podría llegar a ser entrenador del Junior?

Uno nunca sabe lo que puede pasar en la vida, hoy me estoy capacitando para ser entrenador, tengo la suerte de estar dirigiendo la octava de Lanús y lógico que me encantaría dirigir Junior. Guardo mucho cariño por esta institución. Ahora solo pienso en estudiar, porque para dirigir en primera uno debe estar bien preparado.

Refuerzos que alimentan la ilusión



Por William González Badillo
Twitter: @wigoSports

Reza un sabio dicho popular: “el que quiere gusto, paga gusto”. Junior, a diferencia del primer semestre, donde no mostró la más mínima ambición deportiva al momento de conformar una nómina que defendería el título de Liga Postobón y representaría al país en la Copa Santander Libertadores, apostó en esta segunda mitad del año por meterse la mano al dril y traer jugadores que representaran éxito.

Teófilo Gutiérrez, Dayro Moreno y Carlos Rentería son nombres que ilusionan a una afición exigente y que sabe de buen fútbol. Estos jugadores, junto a los ya conocidos Sebastián Viera, Giovanni y Vladimir Hernández —por nombrar algunos— visualizan una nómina de lujo que puede pelear por el título del fútbol profesional colombiano.

Es claro que nada garantiza el éxito, pero una buena inversión en jugadores de primer nivel asegura pelear por él. Los directivos, conscientes de ello, y luego de ver el pobre nivel mostrado por el equipo en la Superliga Postobón ante Nacional, despertaron, abrieron lo ojos y decidieron complacer las exigencias de la afición y la prensa que pedían a gritos cambios en la nómina rojiblanca. Quedó demostrado que no eran caprichos de ninguna de las dos partes. 

Estos refuerzos ya comienzan a dejar réditos en las tres primeras jornadas de la Liga Postobón. Junior se mantiene invicto y ha mostrado una mejora considerable en su fútbol —aún falta mejorar mucho— de la mano de jugadores con experiencia internacional como Teo Gutiérrez, Dayro Moreno y Sebastián Viera.

El atacante barranquillero fue figura ante el Real Cartagena (dio la asistencia de gol a Vladimir Hernández) y ya perforó las redes con su tanto ante el Deportivo Pasto. Dayro, por su parte, se estrenó como goleador rojiblanco con una joya para enmarcar, generando el aplauso y la admiración inmediata del hincha tiburón.

Junior aún no llega a su tope futbolístico, aún no enamora con su fútbol, pero ya el hincha comienza a mirarlo con otros ojos. La asistencia al estadio no ha sido la mejor (14 mil espectadores asistieron a los dos encuentros como local), pero poco a poco los buenos resultados volverán a animar al público a comprar una boleta y apoyar al equipo desde la grada. La inversión que se hizo lo amerita y el hincha lo sabe, pero como toda relación amorosa, la reconciliación siempre será lenta y pasiva.

Nadie sabe hasta dónde llegará este equipo, si peleará el título o fracasará en el intento (ya le ha pasado a otras grandes nóminas), pero lo único que se puede asegurar hoy es que ahora sí hay nómina para pelear cosas importantes y el barranquillero lo sabe. Como lo dijo un hincha al final del juego ante el Pasto: “el fútbol es uno solo y hace rato está inventado”.

Teo y Dayro: explosión, talento y goles



Por William González Badillo
Twitter: @wigoSports

El fútbol es uno solo y hace rato fue inventado. Cuando se invierte en buenos jugadores los resultados tarde o temprano van a llegar y en Junior ya comienzan a dar sus réditos.

El cuadro rojiblanco venció anoche 2-0 al Deportivo Pasto en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez, por la tercera fecha de la Liga Postobón II. Los tantos del triunfo rojiblanco, para júbilo de sus hinchas, llegaron en los botines de sus dos nuevos artilleros: Teófilo Gutiérrez y Dayro Moreno.

Inicio electrizante por parte del equipo rojiblanco. A los 25 segundos llegó la primera opción clara de gol. Se juntan los que saben. Pared entre Giovanni Hernández y Vladimir, este último la cede a Teo Gutiérrez, este toca atrás para que Giovanni, libre de marca, saque un remate a media altura que es despejado por el arquero José Fernando Cuadrado al tiro de esquina.

Junior mostró de entrada su propuesta. Fútbol rápido, vertical, colectivo, buscando el más mínimo error del rival para dar la estocada.

A los cuatro minutos, vuelve a juntarse el trío dinámico del equipo rojiblanco. Vladimir a Giovanni, el 10 tiburón se la deja servida a Teo Gutiérrez y el delantero barranquillero saca un remate mordido que es despejado nuevamente por el arquero pastuso.

Con la complacencia del rival, el equipo del Cheché Hernández adelanta las líneas, presiona en campo de su adversario, intenta asfixiarlo con un fútbol rápido, técnico y preciso, aunque siempre faltando ese último toque para concretar las opciones creadas.

Con el pasar de los minutos, Junior perdió fuerza y terminó entregándole el balón a un Pasto sin ideas y que sólo tuvo aproximaciones a través de la media distancia de hombres como Gilberto Alcatraz García y Kevin Rendón. Atento estuvo el arquero uruguayo Sebastián Viera en cada acción del rival, sacando dos disparos con destino de gol.

SEGUNDO TIEMPO. Con el ingreso de Dayro Moreno, Junior ganó fortaleza adelante y un socio ideal para Teófilo Gutiérrez. Los dos artilleros del equipo rojiblanco intentaron juntarse durante la segunda etapa sacando buena ventaja de ello.

Al minuto 15, llegó el premio al buen trabajo que venía realizando el equipo barranquillero. La jugada la inició Giovanni Hernández por la banda izquierda, el ‘10’ la cede a César Fawcett, el lateral avanzó unos metros y metió un pase a media altura que recorrió toda el área. Dayro Moreno intentó conectarla de primera, pero su disparo pegó en la humanidad del arquero Cuadrado y la pelota le quedó servida a Teófilo Gutiérrez que solo tuvo que empujarla al fondo de la red.

Seis minutos más tarde, el Pasto recibe otro golpe anímico al perder por expulsión al lateral John Jairo Montaño.

Junior reacomoda sus líneas y sale en busca del segundo gol. Cheché mueve sus fichas y da ingreso a Carlos Rentería y Luis Carlos Ruiz. Los cambios surtieron efecto. El equipo tiburón tomó fuerza, ganó rapidez y desequilibrio adelante.

A falta de un minuto para el final, llegó la joya del encuentro. Teófilo Gutiérrez recibe un pase en tres cuartos de cancha y le mete un pase al vacío a Dayro Moreno. El delantero tolimense avanzó por sector izquierdo y, sin marca, sacó una vaselina mágica que bañó al portero Cuadrado, anotando el segundo tanto del encuentro. Golazo en letras mayúsculas.

Junior mostró otra cara, se vio un equipo más suelto, rápido y compenetrado. Aún falta, y mucho, pero ya la afición comienza a ver a este equipo con otros ojos.

“Estoy feliz con el debut y este equipo”: Teófilo Gutiérrez




Por William González Badillo
Twitter: @wigoSports


La estabilidad que brinda el hogar, el estar cerca de la familia, junto a la gente que lo aprecia, admira y quiere, tiene tranquilo a Teófilo Gutiérrez. El goleador rojiblanco vive el día a día como cualquier joven que se inicia en el fútbol, con las mismas ganas, con los mismos sueños y el mismo deseo de triunfar y sacar adelante esta segunda etapa en el Junior de Barranquilla.

Conoce la responsabilidad que carga sobre sus hombros. Muchos lo ven como el salvador del equipo, aquel jugador que tiene la capacidad de resolver un partido, que en una jugada puede marcar diferencia, pero Teo trata de tomarse con calma cada elogio y de disfrutar de esta nueva oportunidad que le da la vida de estar en el equipo de sus amores, como él mismo lo llama.

El debut ante el Real Cartagena lo llenó de emoción. Terminó satisfecho por la victoria, pero espera seguir mejorando. No se inquieta por no haber anotado, sabe que, al final, lo único que importa es que el equipo sume de a tres y dé un paso más hacia el objetivo principal: la octava estrella.

“El debut sirve para ir llenándome de confianza. A pesar de que no marqué, lo importante es que el equipo ganó y eso me deja satisfecho. Los goles llegarán, estoy seguro”, afirma. “Todo fue muy lindo, volver a jugar después de tres meses, además en el equipo de mis amores, ante nuestra afición, en el Metro, con mis familiares viéndome, todo esto te llena y te hace sentir cómodo y tranquilo. Era lo que quería ahora, tranquilidad, sentirme bien jugando al fútbol, y lo estoy consiguiendo. Ante el Real sentí las mismas cosas que el día de mi debut con Junior”, agregó.

Teo quedó conforme con el rendimiento mostrado por el equipo ante el Real Cartagena, aunque reconoce que debe mejorar cada día más.

“Terminé tranquilo porque hicimos las cosas bien, el grupo es consciente de lo que quiere y para dónde vamos. Estos triunfos son pasos que uno debe dar para estar más cerca del objetivo principal, que es el título. Este equipo se armó para ser campeón. Ahora ya estamos pensando en el Pasto”, aseguró.

En lo personal espera seguir subiendo su nivel y responder a toda la expectativa que se a creado en torno a él.

“Las cosas van a ir mejorando con el pasar de los partidos. Poco a poco voy a ir conociendo a mis compañeros, tendré más horas de trabajo y estaré al 100%. Vine a aportarle muchas cosas a Junior”, puntualizó el atacante de 27 años.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Poker de refuerzos para el Tiburón



Por William González Badillo
Twitter: @wigoSports

Después de tantos ires y venires, de tantos rumores y especulaciones, de una inmensa lucha para concretar la primera contratación y de tanta insistencia por parte de la hinchada, Junior presentó ayer —¡por fin, señores!— de manera oficial los cuatro refuerzos que tendrá para afrontar la Liga Postobón II.

Dos delanteros, un defensa y un volante de contención serán las nuevas armas con las que contará el técnico Cheché Hernández para pelear nuevamente por el título del fútbol profesional colombiano.

Dayro Moreno, el refuerzo más rimbombante del Junior para este semestre, llegó ayer con muchas expectativas a Barranquilla. La principal: hacer muchos goles que lo lleven, de nuevo, a la Selección Colombia. Sabe que en Junior puede lograrlo, y aspira a ganarse pronto el cariño de la hinchada y la confianza del técnico.

“Agradecido con la junta directiva que ha hecho un gran esfuerzo para traerme. Tengo lindos recuerdos del estadio Metropolitano, porque con la Selección he venido a jugar y desde el día que me toque actuar espero darlo todo para ganarme la confianza del técnico y de la hinchada, y así ganarme un puesto, nuevamente, en el combinado patrio”, afirmó el delantero de 26 años, oriundo de Chicoral, Tolima.

Dayro Moreno firmó un contrato por un año con Junior con una cláusula que lo libera en seis meses si algún club del extranjero lo solicita. Su idea es cumplir el contrato y hacer historia con los rojiblancos.

“Espero quedarme un tiempo largo en Junior. Ahora me toca un reto muy duro, sé que este es un equipo que le gusta jugar finales, para eso me trajeron y para aportar goles, que es lo que más sé hacer”, aseguró.

Dayro afirmó que a Barranquilla llegó un jugador más maduro, que ha aprendido de los golpes que le ha dado la vida. Según él, atrás quedaron sus problemas de indisciplina que tanto lo perjudicaron, ahora su vida se centra en el fútbol.

“La verdad uno comete muchos errores en la juventud, y la mía sabemos que fue un poco loca, pero ya uno aprende de eso, coge más madurez, el tiempo que uno está por fuera del país lo hace reflexionar, adquirir más experiencia y por ahora solo tengo la mentalidad de jugar cada ocho días y hacer goles, que es lo más importante”, puntualizó el delantero.

Junto a él fueron presentados también Carlos Rentería, doble Botín de Oro del fútbol colombiano; Diego Amaya, doble campeón de la Liga Postobón con el Once Caldas, y Leonardo López, volante campeón con Chicó FC y de paso fugaz, pero productivo, por el San Lorenzo de Almagro, en Argentina.

La promesa de todos es una sola: sacar a Junior campeón y volver a cautivar a una hinchada exigente como la rojiblanca.

“Contento de estar aquí en un club grande como lo es Junior. Voy a dar la vida por esta institución, de eso no tengan dudas”, aseguró el goleador Carlos Rentería.

Ahora Barranquilla espera que a este póker de refuerzos rojiblancos se una Teófilo Gutiérrez, el goleador de la casa.

“Nacional se vio gigantesco ante nosotros”: Fuad Char



Por William González Badillo
Twitter: @wigoSports

Junior volvió a dejar en evidencia su pobre y vergonzoso presente futbolístico. Las críticas llueven, muchos piden la cabeza del técnico, otros la salida de varios jugadores que cumplieron su ciclo en la institución rojiblanca. Algunos, más severos, critican la administración que le dan los directivos al club y hasta la salida de varios de ellos. El presente del cuadro rojiblanco es nublado, nadie da un peso por Junior en estos momentos y la afición exige hechos, soluciones por parte de los dueños del club y sus dirigentes.

Fuad Char, máximo accionista del Junior, mostró ayer, en diálogo con EL HERALDO, su malestar por el presente del equipo rojiblanco. Lo visto en los dos juegos de la Superliga Postobón dejó muy preocupado al Senador, quien aseguró que Nacional se vio “gigantesco” en comparación al Junior.

A pesar de todo, el expresidente del equipo tiburón dejó claro que la junta directiva quiere darle continuidad al trabajo que viene realizando el técnico Cheché Hernández, y señaló que harán los posible por traer refuerzos que ayuden a la mejoría del equipo de cara a la Liga Postobón II, donde el objetivo es pelear el título. Por lo pronto, y por encima de todas las críticas, Cheché sigue al mando del tren…

¿Qué balance hace de la actuación del equipo en la Superliga Postobón?

Nos sorprendieron, porque nuestro equipo pareciera que sintió la pretemporada, estaban muy endurecidos, esa fue la impresión que me dio a mí, especialmente en el primer partido en Barranquilla. Ayer (el domingo) los vi un poco más sueltos en el primer tiempo, quizás un poco más rápidos y de un momento a otro nos sorprenden con ese gol de tiro libre. Definitivamente el equipo no estuvo bien en todas sus líneas, y Nacional se veía enorme, se veía gigantesco como equipo ante nosotros. Yo no estoy contento, pero hay que esperar. Tanto técnico como preparador físico dicen que esperemos, que el equipo va a mostrar el domingo, ante el Quindío en Armenia, una cara diferente.

Después de estas dos dolorosas derrotas, donde el equipo, además de perder el título de la Superliga, recibió seis goles en contra y mostró una apatía crónica en su juego, ¿la confianza al técnico Cheché Hernández sigue intacta?

Sí, nosotros no queremos proceder. Tenemos un proyecto de equipo, faltan jugadores, estamos pensando en un par de delanteros, otro volante, estamos tratando de contratar un defensa central. Vamos a tener un grupo de jugadores muy bueno que esperemos nos dé muchas satisfacciones y llegue a pelear el título de la Liga a final de año.

¿Se puede decir entonces que está totalmente asegurada la continuidad del técnico Cheché Hernández?

Está asegurada. No vamos a tomar decisiones a la ligera, no es nuestra naturaleza. Vamos a darle un compás de espera, sobre todo ante todas estas posibilidades que tenemos de reforzar el equipo. Esperemos que esto se pueda recomponer, esa es la esperanza de nosotros y es lo que más queremos.

Por la información que en su momento se entregó, tanto prensa como hinchada daban por hecho que Teófilo Gutiérrez era nuevo jugador de Junior, pero ahora vemos que no está del todo cerrada esa operación…

Lo de Teo tampoco está descartado, seguimos insistiendo. Esta tarde (ayer) vamos a tener la posibilidad de conversar con dirigentes de Racing, así como con el empresario que maneja sus derechos. Teo tiene un contrato firmado con Racing y ellos son los que tienen que mandar el transfer. Hoy (ayer) tenemos una cita telefónica a las 7 de la noche con Racing y ahí sabremos si lo que dicen los inversores es cierto o si hay algún inconveniente o costo adicional para tratar de resolverlo.

Se habla del interés por el defensor paraguayo Julio César Manzur y también por el delantero Dayro Moreno. ¿Qué hay de cierto en eso?

Es cierto. Se está trabajando sobre esas dos posibilidades. Lo de Dayro se está conversando, las condiciones con él están definidas, el club mexicano está mirando otras posibilidades, ojalá nuestra propuesta salga adelante y podamos tener al jugador en nuestro equipo. Igual lo de Manzur, es un central interesante que aportaría mucho. Esperamos cerrar esas incorporaciones esta semana.

Hoy (ayer) salió un rumor desde Bogotá sobre el posible interés de Junior por los servicios del volante samario Jorge Bolaño, exjugador del equipo…

Yo de eso no tengo idea. Son rumores de prensa.

Junior, un equipo apático y predecible



Por William González Badillo
Twitter: @wigoSports

Decepcionante. Así fue la presentación de Junior el pasado miércoles ante Atlético Nacional en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez. La derrota 3-1, por la Superliga Postobón, pasa a un segundo plano cuando se hacen los balances finales del trabajo colectivo e individual del equipo tiburón.

El misterio que rodeó la antesala de esta presentación presagiaba cosas interesantes. Partidos a puerta cerrada, restricciones a la prensa, silencio por parte de los directivos. Todo indicaba que se preparaba algo grande, algo diferente, algo sin precedentes, pero no fue así. El miércoles vimos más de lo mismo: un Junior sin sangre, sin hambre de gloria, sin carácter, sin personalidad y, ante todo, un Junior sin fútbol, sin trabajo.

Atlético Nacional, sin ser aquel equipo virtuoso de otros años, hizo ver mal a los rojiblancos y resolvió el juego aprovechando las ingenuas ventajas que brindó el rival. Como dice el famoso dicho costeño: “papaya puesta, papaya partida”. El cuadro verdolaga aprovechó la capacidad individual de cada uno de sus elementos y dejó nuevamente en evidencia a un equipo rojiblanco frágil en defensa y carente de actitud.

Preocupan aún más las sinceras respuestas del técnico Cheché Hernández en la rueda de prensa que se registró luego de la penosa derrota ante Nacional. El entrenador rojiblanco se mostró triste, sorprendido y decepcionado por la presentación del equipo. Sin dar nombres, reconoció que varios de los llamados refuerzos que trajo el equipo rojiblanco a principio de año siguen sin cumplir con las expectativas y dio a entender que muchos jugadores se mantienen en el club porque sus contratos impiden que sean excluidos.

Al ser consultado por la continuidad de varios elementos que siguen sin aportar absolutamente nada al equipo y que ya cumplieron su ciclo en el club, el técnico respondió: “Si hay necesidad de excluir a alguien, no se puede, hay una ley que protege a los jugadores en este momento y hay un contrato firmado. ¿Qué sería lo más adecuado?, ubicarlos en otro lado y que el contrato siga vigente en otra institución. No voy a decir nombres, pero reconozco que se ha tratado de hacer, porque no podemos ser ajenos a la opinión que es mayoritaria y que es de sentido común de toda la población, pero no se ha podido”.

Lo visto ante Nacional deja claro la necesidad inmediata y urgente de traer uno o dos refuerzos de categoría que fortalezcan la zona defensiva del equipo de cara a la Liga Postobón II. Junior, en el primer semestre del año, fue un equipo errático, inseguro, desconcentrado e ingenuo en defensa. Hoy nada ha cambiado. El arquero uruguayo Sebastián Viera sigue siendo el gran sacrificado y los goles del rival siguen llegando más por errores defensivos que por virtud de los atacantes contrarios.

No pensemos que con la llegada de Teófilo Gutiérrez todos los problemas se solucionarán (¡ojalá que sí!). Con Teo se resuelve un problema mínimo, el tema de los goles (recordemos que Junior el semestre pasado ya fue uno de los equipos más anotadores de la liga), pero la gran preocupación está atrás. Si llega Dayro Moreno o cualquier otro delantero, bienvenido sea, sería un gran aporte, pero se sigue reforzando adelante olvidando lo que realmente preocupa, la defensa.

¿A QUÉ JUEGA JUNIOR? Otro de los puntos críticos del equipo es saber a qué juega el Junior del técnico José Eugenio Cheché Hernández.

No es un equipo vertical, porque no explota las bandas y es muy lenta su transición de defensa a ataque. Mucho menos es un equipo colectivo, porque no puede hacer tres toques seguidos cuando ya pierda la pelota. No es un cuadro defensivo, porque su fortaleza no radica en la defensa —es la zona más vulnerable— y la mayoría de sus jugadores conciben el fútbol de manera ofensiva.

Por último, queda en el análisis el aspecto táctico. Ahora no vamos a desconocer que ese sistema (4-2-3-1) le ha entregado a Junior dos títulos, un subcampeonato y lo salvó, en su momento, del descenso. Pero sería interesante explorar, en ciertos pasajes del juego, cuando el rival lo amerite, un cambio táctico que sorprenda al adversario y le de ciertas ventajas al Junior. Pero, no. Este equipo muere siempre en la suya, no experimenta y se rehúsa a cambiar de planteamiento táctico, convirtiéndose en un equipo predecible.

Quedan muchas dudas, muchas incógnitas y la preocupación aumenta de cara al inicio de la Liga Postobón II. La afición espera un equipo competitivo que esté a la altura de la historia del club. Hoy ese equipo no existe. Ojalá la llegada de Teófilo Gutiérrez —por todo lo que significa— inyecte de ánimo a un plantel rojiblanco que sigue sin enamorar a su sufrida afición. Amanecerá y veremos…

Junior: mucho misterio y poco fútbol



Por William González Badillo
Twitter: @wigoSports

Un Junior desordenado y sin ideas ofensivas cayó ayer 3-1 ante Atlético Nacional en el estadio Metropolitano y prácticamente dejó servido el título de la Superliga Postobón para el cuadro verdolaga. Los tantos del triunfo antioqueño fueron obra de Jefferson Duque, en dos oportunidades, y un autogol de Andrés Felipe González. Anselmo De Almeida descontó por los rojiblancos.

Nacional tuvo la iniciativa en un principio. Intentó inquietar a través del juego colectivo el toque corto y la presión en área del cuadro de casa.

Al minuto 3, llegó la primera opción clara de gol. El volante barranquillero Macnelly Torres, capitán del cuadro verdolaga, filtró una pelota al centro del área para Jefferson Duque, pero el arquero Sebastián Viera estuvo atento y evitó, con una salida rápida, el remate del delantero visitante.

Nacional pierde temprano (minuto 11) a su arquero y referente Gastón Pezzuti y Junior no puede aprovechar el bajón  anímico de su rival. Los verdolagas siguieron con el control del balón, pero pecaron en el último toque, en la última jugada para abrir el marcador.

Al minuto 26, se juntaron Luis Páez y Vladimir Hernández al borde del área, pero el remate de La Pulga es interceptado por Alexis Henríquez, quien sacó el peligro de su área.

Dos minutos más tarde, nuevamente Vladimir toma el balón, se junta en esta oportunidad con Luis Carlos Ruiz, el samario le responde la pared y el remate de La Pulga sale por encima del horizontal.

A dos minutos del final de la primera parte llegó el tanto verdolaga. César Fawcett cometió un error infantil y le entregó en bandeja la ventaja a Nacional. El lateral barranquillero perdió un balón dentro del área con Avilés Hurtado, el delantero verdolaga metió un pase corto al centro del área para que Jefferson Duque, con el arquero vencido, solo tuviera que tocar la pelota para enviarla al fondo de la red.

SEGUNDO TIEMPO. El mismo Junior lento, apático y sin ideas que arrancó en la primera parte salió para la complementaria. El cuadro verdolaga, con la tranquilidad del triunfo parcial, agarró la pelota y comenzó a tocar y tocar por todo el centro del campo.

Al minuto 5, Nacional volvió a silenciar el Metro. Otro error de la zaga rojiblanca originó un centro a media altura desde sector derecho que conectó, dentro del área, Jefferson Duque para vencer nuevamente al arquero Sebastián Viera.

Se presagiaba lo peor. Junior no mostraba absolutamente nada en lo que iba del juego y Nacional veía una oportunidad de oro de sentenciar el título en Barranquilla.

Pero al cuadro rojiblanco le tocaron el orgullo y con el segundo tanto en contra reaccionó. Primero llegó con un remate de media distancia de Giovanni Hernández que se estrelló en el vertical al minuto 10. Dos minutos más tarde, fue Vladimir Hernández el encargado de exigir al arquero Armani con un potente remate de pierna zurda.

Nacional se replegó en su campo y recibió dos nuevos golpes con la expulsión de Juan David Valencia al minuto 16 y la lesión del arquero Franco Armani, quien terminó a la fuerza y mostrando fuertes dolencias en su pierna derecha.

Junior atacaba más con desespero que con claridad, pero a falta de 9 minutos para el final llegó el descuento tiburón.

Cobro de tiro libre de Giovanni Hernández, se levantó dentro del área el central brasileño Anselmo de Almeida para vencer al arquero Franco Armani y anotar el 2-1 parcial.

Junior apretó, su afición reaccionó y el empate parecía cerca, pero en el tiempo de reposición los verdolagas, tocados por la suerte del ganador, aprovecharon un rápido contragolpe y en otro error de la defensa rojiblanca marcaron el tercero y definitivo, a través de un autogol del defensor Andrés Felipe González. 3-1 y fin de la historia.

Junior no pudo con un equipo que perdió a su arquero titular iniciando el juego, que se quedó con 10 hombres en el inicio de la complementaria, que jugó gran parte de la etapa final con el arquero suplente lesionado y que trajo a un Macnelly Torres a media máquina.

El misterio rojiblanco presagió un ‘espectáculo’ sin precedentes, pero para sorpresa de todos, ayer vimos más de lo mismo.

“Mi hijo ha sido el más afectado en todo esto”: Bréiner Belalcázar



Por William González Badillo
Twitter: @wigoSports

Más tranquilo, pero aún con los recuerdos intactos, pasa sus días el volante del Junior Bréiner Belalcázar. Lo sucedido el pasado jueves 12 de julio de 2012 marcó no solo su vida, sino la de toda su familia.

En un intento de atraco, el jugador fue baleado en presencia de su hijo de 4 años. El Cachorro estará aproximadamente dos meses por fuera de las canchas, pero eso, en estos momentos, pasa a un segundo plano. Su hijo aún revive, cada noche, el episodio violento y ese dolor es más intenso que el que le produce la herida en su pierna izquierda.

“Mi reacción fue porque mi hijo estaba ahí y esas personas cuando van a robar no miden las consecuencias. Me dio mucha rabia y lo que quise fue proteger a mi pequeño, porque apenas tiene cuatro añitos, está comenzando su vida y uno nunca quiere que le pase nada. Él es mi tesorito, yo lo adoro con todo mi corazón”, aseguró con nostalgia.

En diálogo con EL HERALDO, el Cachorro Belalcázar contó detalladamente los momentos de angustia que vivió él y su familia. Ahora solo piensa en recuperarse y estar nuevamente en las canchas.

¿Relátenos los momentos que vivió, junto a su niño, al momento del atraco?

El día jueves nos tocó ir por el cheque del sueldo. Una hora antes yo estaba con Omar Barros (jefe de prensa de Junior) y luego sucede todo. Resulta que nos veníamos para la casa, pero en la vía nos encontramos con el Bancolombia de la 93. Con Luis Páez (delantero del Junior) decidimos cambiar nuestros respectivos cheques. Ya estando dentro del banco, yo le pregunto a él si había comido alguna vez cholao valluno y me dice que no, y pues a la vueltica había un lugar donde los venden. Hicimos la vuelta en el banco y nos fuimos a comer el cholao. Yo estaba con mi hijo, en ese instante entra un sujeto pidiéndonos la plata, la gente que estaba se sintió intimidada, yo me sorprendo, pues estaba con mi niño. En este instante yo, en lo que menos pensé fue en el dinero, me preocupaba que ese sujeto fuera a reaccionar contra mi hijo con esa arma. De ahí viene mi reacción sobre esa adversidad, donde le suplico que no haga nada porque había mucha gente, le dije que se llevara lo que quisiera, pero el tipo no me dice nada y yo me voy encima para que no dispare, es ahí donde se forma la vuelta. Su reacción es pegarme con la cacha del revolver…

¿En ningún momento sintió que alguien los seguía desde el banco?

La verdad es que no. Yo en el banco tenía a mi hijo cargado porque me decía que quería ver a la muchacha del cajero, pero nunca iba pensar que me estaban mirando o que había gente con malas intenciones, y más que yo, en estos siete meses que llevo aquí, me he movido siempre por la misma zona y nunca he tenido problemas, siempre me sentí seguro, entonces nunca sospeché que hubiera una persona pisteando en los bancos. Hoy me tocó vivir esta experiencia amarga que espero que nunca se repita.

Luis Páez nos contó que agarró a su hijo y se lo llevó al baño para que no viera ni le pasara nada…

La reacción de Páez en ese momento es agarrar a mi hijo y llevarlo para el baño, porque estaba este tipo con el arma y uno no sabe qué puede hacer. Todas las personas que estaban ahí se fueron para atrás, el que quedó a la deriva fui yo. Ahora, más tranquilo, pienso muchas cosas de mi reacción y me toca aprender de esta experiencia. Ojalá no me vuelva a pasar jamás, porque uno siempre piensa que se lleven todo, porque lo material vuelve, pero la vida es una sola y hay que aprovecharla y vivirla al máximo.

Hablando con Iván Vélez, en estos días, nos decía: “el Cachorro las tiene bien puestas, yo entrego todo, el dinero y hasta las llaves del carro”, refiriéndose a la valentía con la que usted asumió el hecho…

La reacción que pueda tener uno es por la adrenalina del momento. Ahora, más tranquilo, saco la conclusión que cuando llegue una persona a robar hay que darle todo y quedarse quieto, porque nada material vale la pena. Mi reacción fue porque mi hijo, que estaba ahí, y esas personas cuando van a robar no miran consecuencias de lo que pueda pasar. Me dio mucha rabia y lo que quise fue proteger a mi hijo porque apenas tiene cuatro añitos y está comenzando su vida y uno nunca quiere que le pase nada, él es mi tesorito y yo lo adoro con todo mi corazón.

¿En algún momento de su vida le tocó vivir algo parecido a esto?

Yo soy de un pueblito tranquilo (Palmira, Valle del Cauca), pero igual esa verraquera y enjundia solo la demuestro en la cancha. Recuerdo un día que estábamos esperando el bus para ir a la práctica del Cali, pasaron dos tipos armados en una moto y nos pidieron los celulares. El compañero que estaba conmigo me dice que le entregué todo, y yo de una lo hice, sin ningún problema. Son distintas circunstancias. Creo que mi reacción de ahora fue por temor de que algo le sucediera a mi hijo.

¿Nunca se le pasó por la cabeza que no fuera un robo sino otra cosa?

No, para nada, cuando el tipo llegó, pidió la plata de una y sabía lo que quería, como se dice por ahí, ya nos tenía pintados desde el banco y sabía que teníamos la plata. Otra cosa no pensé, porque yo no tengo problemas con nadie, somos deportistas, más yo, que soy una persona amiguera. Por ese lado estaba tranquilo.

¿Qué le ha dicho su hijo sobre todo lo que pasó?

El lunes yo estoy de regreso en mi casa y cuando el niño me pregunta por la pierna, yo le digo que todo está bien, luego me pregunta por el muchacho (el atracador) y se le notó que estaba muy impactado por el momento que le tocó vivir, incluso, en las noches se despierta llorando y gritando como reviviendo ese momento.

¿Qué fue lo primero que se le vino a la mente al ver que tenía un disparo en su pierna?

Yo cuando salgo del Cholao no sentía nada, veo sangre pero no me dolía. Cuando llego a la clínica y me bajo los pantalones, veo la herida en mi pierna y se me vinieron muchas cosas negativas a la mente, pero gracias a Dios no pasó a mayores. Se puede decir que sí fue grave, porque tendré casi dos meses de incapacidad, pero sirve para aprender que no puede andar uno con esa plata en la calle, y ojalá le sirva de experiencia a todos.

Cuando uno vive ese tipo de experiencias saca conclusiones para evitar que se repitan en un futuro. Sería bueno que el Junior les pagara directamente a la cuenta y no por medio de cheques…

Es el estilo de acá, pero yo creo que con esto que me acaba de pasar a mí se tienen que medir las consecuencias y hacer las cosas más fáciles para evitar que esto pase. Nadie tiene que saber cuándo le pagan a alguien. Yo creo que los directivos deben gestionar eso para que uno corra menos peligro.

¿Qué le han dicho los médicos sobre su situación?

 Gracias a Dios la bala no me tocó ningún hueso o venas principales. Los médicos me decían que volví a nacer, que fue bastante milagroso que no me pasara nada. En quince días tengo que volver a la clínica para que me revisen y ahí me dirán el paso a seguir.

Le ha tocado vivir momentos difíciles aquí. Primero con la lesión del tobillo el semestre pasado y ahora esto…

La verdad es que el primer semestre fue duro, ya que a uno lo traen para jugar y mostrarse y darle mucho a la institución y pasan estos obstáculos, pero uno no se puede estancar y hay que darle para adelante. Tomándolo con humor, uno analiza y dice: el primer semestre fue el tobillo y estuve un mes por afuera, ahora un atentado contra robo y casi dos meses... vamos a ver qué hacemos para quitarnos la mala racha (risas). Además mi señora está muy preocupada porque a ella le gusta verme jugar siempre y no tenerme aquí en la casa (risas). Cuando esté recuperado intentaré darlo todo. Hoy (ayer) me toca mandarle mucha fuerza a mis compañeros para este primer reto que, aunque sean dos partidos, hay que darle con todo y prepararse para lo que viene.

Cuando llega la hora de los partidos es el momento más duro para un deportista incapacitado, más en un juego tan duro como ante Nacional…

Les confieso algo, el día que me pasó esto me trasladaron a la clínica y apenas me ingresaron le manifesté a los doctores que el miércoles tenía una final (risas), ellos me dijeron que me quedara tranquilo, que lo importante era que me recuperara.

¿Qué mensaje le envía a la gente que ha estado pendiente de usted a través de las redes sociales?

Yo siempre que hago las cosas las hago de corazón y por eso el reconocimiento de la gente de acá. Créame que yo con esta camiseta voy a sudar y luchar. Le deseo lo mejor a este equipo y le mando muchas gracias a la gente que me apoya y da su voz de aliento para que me recupere.
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