Por William González Badillo
Twitter: @wigoSports
Cheché Hernández nunca se remite al pasado. Para atrás, ni para tomar impulso, parece ser su frase de batalla. Su presente es Junior y su prioridad es el juego de mañana ante el Valledupar FC, por la Copa Postobón.
“¿Cuál es mi primer partido?, el de mañana (hoy); ¿cuál es el de mayor importancia?, el de mañana (hoy); ¿cuál es el rival de mayor importancia?, Valledupar; ¿qué importancia tiene Valledupar?, total; ¿qué importancia tiene la Copa que voy a jugar mañana (hoy)?, total. Siempre vivo el presente y mi presente es enfrentar al Valledupar por la Copa Postobón.
Este juego lo vamos a afrontar con el mayor respeto que se merece un rival que ha hecho las cosas muy bien y que peleará por lo suyo”, afirmó.
El técnico bogotano tiene bien referenciado al equipo dirigido por Víctor González Scott. Para eso, tiene a su lado a una de las personas que más conoce al equipo vallenato: Roque Pérez, exasistente de El Chino en el equipo de la capital del Cesar.
“Del Valledupar conozco todo. Aquí está el exasistente técnico de Scott. Si Roque Pérez no me dice nada es porque es un espía de ellos (risas). Él sabe todo sobre Scott y me ha comentado cosas. Poco a poco vamos conociendo al rival. Me han dicho que la cancha y la iluminación son malas, pero tenemos que sobrepasar todos estos obstáculos”, dijo.
Cheché está tranquilo y amañado en Barranquilla. Tiene poco tiempo en la ciudad, pero pareciera que ha vivido en ella durante varios años. Su carisma y personalidad agradó al grupo, además respetan su experiencia en el fútbol nacional e internacional.
“Barranquilla se ha desarrollado mucho. Esta ciudad se me parece a Panamá o a Miami. Estoy cómodo, tranquilo, la gente me ha tratado bien y tengo la impresión que al grupo le agradó mi forma de trabajar y mi personalidad”, aseguró.
Cheché no suelta el balón nunca. Lo considera su mejor amigo. Trata de meterle esa misma idea a sus dirigidos y que su equipo refleje ese amor hacia la pecosa dentro de la cancha.
“No me gusta mirar al pasado. Pero si hacemos ese ejercicio podemos ver que mis equipos siempre han sido ofensivos y han jugado bien. Entonces, si llego a un equipo como Junior, que por historia siempre se ha caracterizado por el buen fútbol, entonces no puedo salir con otra cosa si quiero agradar a la afición”, aclara.
Se trazó una misión y no es otra que el equipo recobre la memoria futbolística, esa que perdió en el último año. Para eso toma como referencia lo hecho por técnicos como Julio Comesaña y Diego Umaña.
“Este equipo tiene una memoria ganadora jugando con el sistema 4-2-3-1. Vamos a tratar que esa memoria se active y que ese chip vuelva a salir a flote para producir fútbol”, puntualizó.
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