DOHA.
Cuando Messi está en un terreno de juego puede pasar cualquier cosa. La Pulga no entiende de cansancios, de viajes largos o de defensas férreras. Siempre está ahí. En esta ocasión viajó hasta Qatar, espero al minuto 91 y superó a una zaga compuesta por dos grandes centrales como Thiago Silva y David Luiz para marcar su primer gol ante Brasil y dar una victoria a la Albiceleste ante sus vecinos cinco años después.
Para todos aquellos que le criticaban por no mostrar su mejor versión con la camiseta de su país, 'La Pulga' dejó un detalle más que suficiente para volver a ganarse, si alguna vez lo perdió, el respeto de toda la afición argentina.
El jugador del Barcelona rompió el empate a los 91 minutos y ganó por primera vez un clásico sudamericano con la absoluta su país, lo cual ansiaba según las declaraciones que había hecho antes del choque.
Para el seleccionador argentino Sergio Batista, sustituto de Diego Maradona, era éste su primer partido tras ser ratificado por la federación (AFA) para ocupar el cargo hasta 2014.
Mano Menezes, sucesor de Dunga, cumplía la mayor prueba desde que se hizo cargo de la Canarinha, después de las victorias logradas ante selecciones de segunda línea como Estados Unidos (0-2), Irán (3-0) y Ucrania (2-0).
Dos equipos de juego vertical ofrecieron un desarrollo dinámico y abierto del juego durante el primer cuarto de hora y la primera jugada de peligro se produjo a los 18 minutos, cuando Dani Alves estrelló el balón en el larguero del argentino Romero con un derechazo.
Con menor fogosidad y con Ronaldinho como eje, el dominio brasileño comenzó a acentuarse desde esa acción, basado en su mejor disposición para recuperar el balón, una salida rápida y pocos obstáculos argentinos en la zona media, donde Mascherano debía multiplicarse para bloquear los variados recursos de sus rivales.
Tardaba en encontrar espacios el cuarteto creativo y ofensivo conformado por Messi, Pastore, Di María e Higuaín, por momentos impreciso y casi siempre superado por los marcajes de Brasil.
Neymar, Robinho y Ronaldinho, generalmente con el balón dominado en las inmediaciones del área adversaria, exigieron a fondo a una defensa expeditiva, afianzada en la firmeza de los centrales Pareja y Burdisso.
Argentina mostró su mejor cara en la primera parte con dos arranques profundos de Lionel Messi; el primero de los cuales terminó con un remate desviado a los 37 minutos y el segundo con un pelotazo que rozó la parte externa de la escuadra derecha del meta Víctor a los 38.
La salida de Lavezzi por Higuaín tras el descanso, un duelo con algunos roces entre Mascherano y Ronaldinho, menor profundidad en el juego de Brasil, Messi más adelantado en el campo y Banega un poco más activo fueron las novedades del partido en los tramos iniciales del segundo tiempo.
Pero ocurrió un milagro. Lavezzi cedió el balón a Messi, éste entró al área brasileña a toda velocidad, no pudieron frenarle y su remate resultó imparable para el meta Víctor. Era la victoria soñada por Messi.
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