Por William González Badillo
Twitter: @wigoSports
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Luis Fernando Muriel es el más querido en el barrio El Carmen de Santo Tomás, su tierra natal. Allí todos lo admiran y lo consienten, desde el más niño hasta el más adulto. En este pequeño terruño del Atlántico se siente tranquilo, se olvida de las preocupaciones e hilvana los sueños que aún le faltan por cumplir. Uno de ellos, triunfar en el Mundial de Fútbol Sub-20 que iniciará el 29 de julio en nuestro país.
En su hogar, junto a su familia y uno que otro vecino del sector, analizó la presentación de la Selección Sub-20 en el Torneo Esperanzas de Toulón y habló del Mundial, de su presente y futuro futbolístico.
“Creo que jugué un buen campeonato en Toulón, vengo apenas cogiendo ritmo, ya que no había actuando en casi todo el año en el Granada de España”, afirma.
Desde ya piensa en el máximo torneo orbital, su gran reto personal. “En el Mundial voy a demostrar de qué estoy hecho”, afirma con seguridad.
Ya analizó el grupo, lo califica de complicado, pero asegura que Colombia tiene madera para superarlo.
“Es un grupo muy duro y parejo. Francia, Malí y Corea son rivales fuertes, pero tenemos que jugar concentrados. Hay equipo para superarlos”, dijo. “Yo veo a la Selección campeona, vamos con optimismo, con la mentalidad de ser campeones, creo que tenemos un buen grupo, un excelente equipo que está unido y que será muy difícil de vencer”, agrega.
Su presente. Cuando habla de su presente se muestra muy pensativo. A pesar de que la experiencia en la segunda división de España no fue buena del todo, Muriel rescata cosas positivas y sigue soñando con triunfar en Europa.
“Mi paso por España fue una experiencia para aprender. No fue muy buena, tampoco actué muchos partidos, no estuve bien física ni futbolísticamente, y cuando lo estaba el técnico no contó conmigo. Esto fue una experiencia para aprender”, afirma.
Se le nota más maduro. La amarga experiencia en España ha marcado su personalidad. Su futuro aún es incierto, pero a pesar de esto Muriel está motivado, confía en sus condiciones y asegura que es un jugador mucho más completo del que salió hace un año del país.
“El Muriel de hoy tiene mucho más sacrificio, cuando pierde la pelota no se queda parado, soy el primero que sale a recuperarla”, afirma.
Terminado el Mundial regresará a Italia, se presentará al Udinese, club dueño de sus derechos deportivos. Allí espera ganarse un puesto y triunfar.
“Tengo que trabajar y ganarme un puesto”, puntualiza.
Sin duda alguna, la vida le está enseñando a este artillero tomasino lo difícil que es alcanzar el éxito en el fútbol. Condiciones tiene, apoyo le sobra, solo falta continuidad para que fortalezca todas las cualidades que un día lo llevaron al Viejo Continente.
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