Por William González Badillo
Twitter: @wigoSports
Reza un sabio
dicho popular: “el que quiere gusto, paga gusto”. Junior, a diferencia del
primer semestre, donde no mostró la más mínima ambición deportiva al momento de
conformar una nómina que defendería el título de Liga Postobón y representaría
al país en la Copa Santander Libertadores, apostó en esta segunda mitad del año
por meterse la mano al dril y traer jugadores que representaran éxito.
Teófilo
Gutiérrez, Dayro Moreno y Carlos Rentería son nombres que ilusionan a una
afición exigente y que sabe de buen fútbol. Estos jugadores, junto a los ya
conocidos Sebastián Viera, Giovanni y Vladimir Hernández —por nombrar algunos—
visualizan una nómina de lujo que puede pelear por el título del fútbol profesional
colombiano.
Es claro que nada
garantiza el éxito, pero una buena inversión en jugadores de primer nivel
asegura pelear por él. Los directivos, conscientes de ello, y luego de ver el
pobre nivel mostrado por el equipo en la Superliga Postobón ante Nacional,
despertaron, abrieron lo ojos y decidieron complacer las exigencias de la
afición y la prensa que pedían a gritos cambios en la nómina rojiblanca. Quedó
demostrado que no eran caprichos de ninguna de las dos partes.
Estos refuerzos
ya comienzan a dejar réditos en las tres primeras jornadas de la Liga Postobón.
Junior se mantiene invicto y ha mostrado una mejora considerable en su fútbol
—aún falta mejorar mucho— de la mano de jugadores con experiencia internacional
como Teo Gutiérrez, Dayro Moreno y Sebastián Viera.
El atacante
barranquillero fue figura ante el Real Cartagena (dio la asistencia de gol a
Vladimir Hernández) y ya perforó las redes con su tanto ante el Deportivo
Pasto. Dayro, por su parte, se estrenó como goleador rojiblanco con una joya
para enmarcar, generando el aplauso y la admiración inmediata del hincha
tiburón.
Junior aún no
llega a su tope futbolístico, aún no enamora con su fútbol, pero ya el hincha
comienza a mirarlo con otros ojos. La asistencia al estadio no ha sido la mejor
(14 mil espectadores asistieron a los dos encuentros como local), pero poco a
poco los buenos resultados volverán a animar al público a comprar una boleta y
apoyar al equipo desde la grada. La inversión que se hizo lo amerita y el
hincha lo sabe, pero como toda relación amorosa, la reconciliación siempre será
lenta y pasiva.
Nadie
sabe hasta dónde llegará este equipo, si peleará el título o fracasará en el
intento (ya le ha pasado a otras grandes nóminas), pero lo único que se puede
asegurar hoy es que ahora sí hay nómina para pelear cosas importantes y el
barranquillero lo sabe. Como lo dijo un hincha al final del juego ante el
Pasto: “el fútbol es uno solo y hace rato está inventado”.
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